lunes, enero 20, 2014

¡No te acerques! (Nosotros, Segunda Parte)


El tiempo entre nosotros se reducía charlas, seducción y bromas; yo insistía en confesarte eso que se atravesaba en mi pecho con sólo pensarte y tú no dejabas de negar que fuese posible. No teníamos largas conversaciones ni compartíamos cada noche frente a la pantalla, sin embargo, cuando teníamos la oportunidad de hablar sobre nosotros siempre salía la idea de encontrarnos, nunca olvidé mi promesa… Debo confesarte que aun cuando pretendía que no sonara a nada serio, ese día que sugeriste que fuera, revisé tiquetes, vuelos, buses… hice presupuestos y planes porque en lo más profundo de mí ser añoraba la oportunidad de verte de nuevo, de robarte y fundirte con mi vida para siempre.
No recuerdo exactamente cuándo ni con qué palabras me lo dijiste pero llegó el momento en el que eso de vernos de nuevo dejó de ser una fantasía, sucedería pronto y al parecer yo aún no estaba listo para encontrarte. Me sentía como un adolescente cobarde cuando marcaba tu número con nerviosismo y más aún cuando por fin me contestaste y mi largo silencio sólo te causó enojo,  quedé sin palabras y no tuve tiempo para reaccionar cuando me había quedado ya con un corto alegato de tu parte y la llamada finalizada, llamada que nunca creí que contestaras. El tiempo entre tu anuncio de viaje y el momento de tu llegada se deshizo sutilmente, mientras tanto tu proyecto y mi curiosidad me dieron la oportunidad de hablarte de nuevo, ese primer e-mail frio, directo en el que me compartías tus trabajos de diseño fue maravilloso, que buena excusa para oír tu voz y esta ve ya no permanecí en silencio.
De repente ya estabas acá, tu viaje era real, tu viaje no fue una promesa a diferencia del mío, y para mi sorpresa ahora eras tú quien insistía en verme. Nunca he negado mis fallidos intentos de encontrar el amor, los llevaba conmigo siempre como un Oficial retirado que narra con orgullo sus batallas y tú las conocías ya, pero yo tenía algo claro… Tú no eras medianamente parecida a las personas de mi pasado y lo que ya sentía por ti mostraba prematuramente que la intensidad superaba varias veces eso que, para entonces, yo solía llamar Amor.
¿A qué venía todo esto? Mi pesimismo y malas experiencias me habían tendido una emboscada, las dudas y los malos consejos me alejaban de ti, no podía creer que fueses tú quien viniera hacia mí luego de pasar mi vida entera persiguiendo al amor y desilusionándome cada vez que creía alcanzarlo. No, no podría pasar de nuevo, no contigo… no con lo que has despertado en mí, Elizabeth… por favor, no te acerques… No, si no es para quedarte por siempre.

lunes, noviembre 25, 2013

¿Qué título podríamos darle a nuestra vida?



Finalmente la historia cambió, poco tiempo después de habeme resignado a pensar que el amor era un mito que perseguía en vano, la vida me sorprendió al cruzar mi vida con una maravillosa mujer que hoy camina conmigo, esta es sólo una pequeña parte de como inició mi nueva historia, mi nueva vida con Ella, Nuestra historia, Ella logró enseñarme que pese a tantas decepciones no conocía aún el amor.

Así empezó todo, así conocí a Mi Esposa...

Bueno, aunque a pequeños trozos, pero ya sabes cómo era más o menos mi vida sin ti, mi vida sin el amor que me has brindado; no estaba mal, diría disimulando… pero la verdad es que no tenía sentido, no iba a ningún lado porque se podría resumir en un montón de momentos en búsqueda de emociones, de sentimientos y sin saberlo, en busca de ti.
Recuerdo bien que llegó un día en el que me cansé de tratar de enamorarme, me cansé de buscar en otras personas, tal vez buenas personas, eso que me faltaba para disfrutar de todo lo maravilloso que rodeaba mi vida; llegué a pensar que era una broma cruel en la que Dios me regalaba todo lo que podía necesitar y me escondía el amor de forma que teniéndolo todo aún no pudiera ser feliz.
Estaba decidido, una y otra vez me repetía que debía abandonar esa esperanza y continuar, vivir el momento a toda velocidad, casi literalmente, dejar de escoger y aceptar cada persona que llegara a mi vida como fuera sin esperar que se quede y cuando creí que lo estaba logrando, llegaste tú. Debimos encontrarnos un  3 de Marzo a las 3 de la tarde pero yo estaba muy ocupado ayudándole a mi hermano con su matrimonio que no me percaté que tú estabas llegando tarde, y bueno, no me refiero a la ceremonia a la que por cierto llegaste pasada la mitad, sino a mi vida… casi a punto de cerrar las puertas, casi cuando mi metamorfosis emocional se completaba apareciste con una sonrisa amable a las puerta de la iglesia. No me pude resistir, fingía tan bien como podía para no mostrar mi interés inmediato en ti, te hablé y al mismo tiempo me dirigí a tus familiares indicándoles el camino a seguir para la reunión a la que habían venido, al fin de cuentas esa era mi tarea. Me presenté buscando sonar amable y como siempre me pasa muy seguramente soné tímido e inseguro el problema es que ahora si me importaba la impresión que diera pues tú estabas mirando. Quedamos al frente del grupo, nos venían siguiendo y bastó con alargar levemente los pasos para tomar distancia y tener tu atención por completo, nos presentamos y no podría olvidar ese extraño no_se_qué que me envolvía, me sentía embriagado con tu aroma, tu mirada, tu cuello, tus delicadas piernas me enredaban y me costaba demasiado recordar que existía un mundo aparte de los dos, recuerdo tus pies asomados en las zapatillas mostrando coquetamente unas uñas pulcras y decoradas, ese pantalón blanco que resaltaba tu figura, la blusa café con diseños de flores que sé que nunca elegiría pero que en ti se veía perfecta, tu llamativo peinado que dejaba clara la rebeldía de tu cabello y si, fue algo muy tuyo, y me encantó desde ese día.
Llegamos al salón, tenía cosas pendientes y tú regresaste con tu familia, la conversación terminó. Te veía de reojo, una mirada rápida sólo para comprobar que seguías ahí, que existías que no eras una ilusión, pero nada más… tenía claro lo mucho que me interesabas y no pensaba cometer los errores infantiles de mi pasado. Dejé que me vieras, fui yo mismo sin dudas, sin inseguridades como si no me importara la opinión de nadie, ahora dices que de vez en cuando cruzábamos nuestra mirada esquiva pero traté de que no pasara; Palabras, Saludos, Brindis, Cena, todo lo de rigor, por supuesto el Ramo… Tan pronto supe que lo ganaste quise ganarme el Azahar, necesitaba que algo nos uniera nuevamente, necesitaba una excusa para posar a tu lado y guardarme el recuerdo de ese efímero encuentro, tiempo después vine a entender cuan profundo resultaría que yo también haya ganado el pequeño ramo del novio, pues desde ese día cuando repitieron un par de veces la rifa el destino dejaría claro su empeño en separarnos. La fiesta acabó, no hubo nada espectacular en general, los invitados lentamente fueron saliendo y no me di cuenta cuando ya no estabas en el salón, cerré la puerta y bajé sin esperar verte de nuevo…
Que agradable sorpresa, no sé por qué en realidad pero allí estabas, poca gente quedaba pero estabas tú, lista pasa subir al carro y marcharte pero por lo menos alcancé a verte una vez más… No había cupo suficiente, alguien debía regresar caminando al apartamento y me ofrecí a guiarlos, era cerca y de pronto me encontré con que tú irías conmigo, perfecto… ¿Qué más podría pedir? Fue un regalo inesperado estos minutos a tu lado y hubiese deseado que el camino fuera más largo pues me hicieron falta calles para conocerte, me faltó algo de frío para que necesitaras mi calor, para sentirte aún más cerca, más cerca de lo que nunca habría querido tener a nadie. Y es que no creas que en mi descripción olvidé tu chaqueta, esa que con su terca cremallera me permitió acercarme, ayudarte y sentir el roce de tu piel por primera vez justo un momento antes de despedirnos, cuando sin esperar otra respuesta te pedí que te quedaras sólo para escuchar de tus labios una excusa que sin duda sonó a “nunca más…”
Fueron dos besos en la mejilla, nada más, sólo con ellos y tu recuerdo me quedé durante días; intentaba saber más de ti pero no había nadie que me diera pistas para llegar a ti, no sé cuánto tiempo pasó pero recibí tu invitación a Facebook y esa primera foto de los dos en la que no pude evitar dejar un comentario sobre esos gratos recuerdos sin saber que sería el motivo para que nuevamente desaparezcas.
Pasó el tiempo y yo seguí con mi vida, tal como era antes de ti, soy bueno para eso debo admitirlo, cuando deseo recuperar mi vida y olvidar lo consigo; hasta que un día sin sospecharlo  recibí la solicitud de una pequeña que conocí el día de la fiesta, nunca le pregunté el nombre ni con quien venía aun cuando con su energía y alegría logró que bailara con ella y otros niños esa noche; pero eso no fue lo realmente emocionante sino que después de un Hola me dijera; “Soy Eliza” me explicaste que era tu hermana y esa era su cuenta y yo no podía creer mi suerte, pensé que se había acabado, cambié la página dejé todo atrás pensando que no volvería a saber de ti y ahí estabas, habías regresado a buscarme. Retomamos la confianza que nos tuvimos desde el primer día, esa extraña certeza de que éramos honestos con nuestras historias con nuestras vidas y que las máscaras se había caído justo a tiempo para conocernos en verdad, charlamos durante meses tal vez, entre bromas y juegos te pedí tu número, tu dirección, te prometí chocolates y me pediste que fuera a llevártelos y que no los enviara te dije que si sabiendo que era improbable pero con toda la intención de hacerlo realidad.

sábado, septiembre 18, 2010

Ya no quiero seguir contando partidas...

Esa tarde, al cruzar tu puerta me quedó clara la respuesta... te perdería sin remedio pero... ¿cómo pude olvidar que sentiría tanto arrepentimiento? ¿cómo pude imaginar que después de perderte podría soportar esta... soledad?

Lo único que puedo sentir además del amor por tí es el dolor de haberte quitado un amigo sin ofrecerte nada a cambio, lo peor es que a diferencia de las otras veces contigo no tengo ninguna excusa para olvidarte más que la injusticia de no soportar saber el lugar que ocupo en tu vida, la rabia de reconocer hoy los límites que olvidé mientras me distraía en tu sonrisa.

Imposible... hoy, imposible es la única palabra que retumba en mi mente... imposible despertar en tí el mismo amor que arde en mi aún después de tu despedida, imposible regresar el tiempo y detenerme para no perderte... imposible seguir extrañandote aún estando a tu lado... imposible hacer parte de tu vida...

Imposible olvidarte.

viernes, agosto 27, 2010

Perdona que te dé la espalda

No me pidas explicaciones, sinceramente no sé bien porqué rehúso a la oportunidad de verte si con sólo unas palabras iluminas por completo mi día, debo admitirlo me tienes en tus manos…
No, tal vez eso es justo lo que trato de impedir, no quiero perder mi voluntad, no puedo permitir que mi amor y mi deseo hagan de mí una marioneta cuyas cuerdas irremediablemente terminarían en tus manos, aún cuando sé que ahí estaría seguro, eres una niña maravillosa por eso agradezco a esa parte de mi pasado que me dio la oportunidad de pasar tiempo a tu lado, de dibujar mi imagen en tu memoria y de hacer de mi voz algo familiar para ti.
Si, se trata de quien quiero ser para ti, se trata del lugar que quiero ocupar en tu vida; es justamente eso lo que no me permite estar tan cerca como quisiera.
Ojalá tuviera una estrategia convincente para no arriesgarme a perderte, pero sólo puedo confiar en evitar los caminos de antes aunque eso signifique verte sólo desde lejos.

domingo, agosto 15, 2010

Tengo algo que contarte

-Sabes? Hoy volvimos a vernos...
Aunque pasé mucho tiempo tratando de olvidarla no lo conseguí, debo aceptarlo... dejé de luchar con la razón y poco a poco volvimos a hablarnos, no tiene mucho misterio ya conoces cuanto me cuesta guardar rencor.
No tenía un plan para esta tarde, igual a la última vez que te ví. Sin detenerme a pensar en qué hacer pero decidio a verla esperé toda la semana y terminé justo en el mismo lugar al que fui contigo...
Las cosas no han cambiado mucho a decir verdad, su energía y su vitalidad siguen como las recuerdo, sus ojos siguen brillando alegres y su piel todavía me inspira la misma ternura de antes.
-Entonces? Qué ha cambiado?
Caminaba junto a ella por los mismos pasillos que recorrí contigo, pero yo no dejaba de pensarte... ella me hablaba emocionada sobre muchas cosas mientras yo sonreía, no por sus historias, sino por los recuerdos de esa tarde que nos perdimos juntos. Fue difícil dejar de revivir las vueltas que dimos buscando ese restaurante que me encanta y que quería que conocieras.
Tal vez tuve suerte al haber estado allí en un día tan agitado como hoy porque en mi cabeza gritaba con todas sus fuerzas tu recuerdo y más de una vez tuve que detenerme antes de decir su nombre porque sabía que estaba a punto de llamarla por el tuyo...

viernes, julio 16, 2010

Te Regalo mis fantasmas

Despreciables asesinos invisibles que en su desvanecer se llevan la victoria de una guerra que nunca comenzó, mientras las batallas perdidas con espinas envueltas destrozan la espalda de viajeros que no van a ningún lado.

Llevate su karma que, aún siendo verdad lo mucho que te amo eres tú quien lo merece porque entre tu belleza, tu vacio y tu insultante estupidez le devolvieron la vida.

sábado, junio 19, 2010

¿Porqué soy adicto a la Saga Crepúsculo?

La saga Crepúsculo en si misma marca un punto de ruptura en la historia del vampirismo, donde el vástago nacido de la oscuridad que huye de la luz del sol, incapaz de amar por que en su corazón sólo habita el vacio pierde total sentido cuando la literatura envolvente de Stephanie Meyer le devuelve la humanidad a ese ser inalcanzable sin arrebatarle el misticismo que nos seduce a todos. Es este frenesí entre su historia el que transmite la pasión sobrenatural que nos regala el lujo de sentirnos parte de la trama y sumergirnos en un beso apasionado en la mitad de la noche.
En sus páginas podía sentir el calor de la manada Quiluete, el deseo punzante, la intensidad de la sed de sangre, el ardor de ahogar un deseo tan intenso y fuerte como lo podría estar sintiendo el mismo Edward; y la introversión de Bella con ese toque de misterio me acompañó más de una noche haciendo que un día común y corriente terminara lleno de magia, además de darle vida a la convicción de que puede existir un amor tan fuerte que consiga unir mundos tan insospechadamente distintos como el de Bella, Edward y Jacob.
La película finalmente se convirtió en la materialización de ese mundo hasta ahora imaginario pero intenso, elevando la intriga de su creíble irrealidad a su máxima expresión. Haciendo palpable el sueño del Crepúsculo para aquellos que como yo ahora piensan y viven, respiran y gozan, sueñan y crean todos los días un mundo diferente.
Definitivamente es una completa adicción a la pasión prodigiosa de humanos, vampiros y licántropos que ofrece Crepúsculo minuto a minuto. Libros y películas por igual, no me cansaría de repetirlos y sería un honor estar en la premier de uno de los libros más enérgicos y pulsantes de la Saga.