En sus páginas podía sentir el calor de la manada Quiluete, el deseo punzante, la intensidad de la sed de sangre, el ardor de ahogar un deseo tan intenso y fuerte como lo podría estar sintiendo el mismo Edward; y la introversión de Bella con ese toque de misterio me acompañó más de una noche haciendo que un día común y corriente terminara lleno de magia, además de darle vida a la convicción de que puede existir un amor tan fuerte que consiga unir mundos tan insospechadamente distintos como el de Bella, Edward y Jacob.
La película finalmente se convirtió en la materialización de ese mundo hasta ahora imaginario pero intenso, elevando la intriga de su creíble irrealidad a su máxima expresión. Haciendo palpable el sueño del Crepúsculo para aquellos que como yo ahora piensan y viven, respiran y gozan, sueñan y crean todos los días un mundo diferente.
Definitivamente es una completa adicción a la pasión prodigiosa de humanos, vampiros y licántropos que ofrece Crepúsculo minuto a minuto. Libros y películas por igual, no me cansaría de repetirlos y sería un honor estar en la premier de uno de los libros más enérgicos y pulsantes de la Saga.