Un leve bronceado y una larga cuenta es lo único que queda al final, buen fin de semana definitivamente rompio con la rutina que me tenía del cuello, pero... que desagradable volver, no encuentro una sola razón que me convenza que este es mi lugar, no quiero la ciudad y empiezo a sentirme culpable por detestar mi casa y que decir de mi vida, insoportablemente gris...
No hay nada que me devuelva al menos unas horas atrás cuando estaba contento con lo que tenía, por solo dos días tuve el privilegio de sentirme como me quisiera sentir siempre, no totalmente admito, pero si muy cerca, me hacía falta un par de cosas pero en general era envidiable, ahora no tengo ni siquiera una cicatriz que me confirme que todo fue real, como que todo estaba arreglado para que el recuerdo quedara solamente en mi y espero que así sea, me da miedo olvidar, me da miedo perder lo que me queda de momentos como ese, me da miedo sentirme olvidado y llenar esos espacios con monotonía y aborrecible adultez.
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